La generosidad

January 9, 2023

Si tienes como hábito ayudar a alguien o a un grupo de personas de manera honesta, sin obtener algo a cambio, tienes muy presente el valor de la generosidad en tu vida.

En este artículo repasaremos en qué consiste la generosidad, algunos ejemplos al respecto, diferencias respecto a otros valores como la reciprocidad y cómo ayudar a los niños a practicar este valor.  

¿Qué es la generosidad? 

De manera resumida, la generosidad es actuar con los otros de forma desinteresada y con buen ánimo, pensando siempre el bien de los demás y no en el interés propio.

También puede ser definida como la virtud de aquellos que dan lo que tienen a los otros sin cálculo, sin reserva, sin esperar algún pago o recompensa. 

¿Y qué es lo que da una persona generosa? Dinero, esfuerzo, tiempo, sangre, plática, trabajo, amor, en síntesis, una parte o todo su ser. 

En la historia de la filosofía, la generosidad ha sido definida de múltiples maneras. Aristóteles la tenía en muy alta estima, al punto de considerarla como una característica de la excelencia humana y de los seres humanos sobresalientes. 

El filósofo griego señala la generosidad como asistir a quien lo necesita sin obtener nada a cambio. Además, es el valor que ayuda a soportar el infortunio y nos permite ser felices aún si el destino nos es adverso, ya que la generosidad nos ayuda a dominar los bienes exteriores y no ser dominados por ellos. 

El cristianismo enseña la importancia de la generosidad en la parábola de "El rico y Lázaro" (Lucas 16: 19-31). La historia habla de un rico que vestía con ropas finas y Lázaro, un pobre cubierto de llagas y que estaba tendido a la puerta de la casa del rico.

La parábola señala que ambos murieron, pero Lázaro subió al cielo y el rico descendió al infierno por no compartir sus bienes con el pobre en vida. “Hijo, recuerda que tú recibiste tus bienes durante la vida, mientras que Lázaro recibió males. Ahora él encuentra consuelo y tú, en cambio, tormentos”, le respondió Abraham, el patriarca del pueblo de Israel.

El anterior relato es un ejemplo de cómo el cristianismo invita a sus feligreses a tener sentimientos de solidaridad y fraternidad con quienes menos tienen, interesándose en los demás y siendo generosos. 

La filosofía estoica señala que la generosidad es una virtud con dos características: da constancia y dignidad frente al mal presente, y permite afronta los males venideros mediante el ejercicio de obras útiles. 

Tomás de Aquino, en la "Suma Teológica", define la generosidad como "la virtud que regula las pasiones de la esperanza y la desesperación, que hace que el hombre se juzgue digno de grandes cosas, en consideración a los dones que posee y ha recibido de Dios". 

Para el francés René Descartes, una persona generosa es aquella que considera como valor supremo hacer el bien a otros hombres. “La generosidad es la clave de todas las otras virtudes y un remedio general contra todos los desórdenes de las pasiones”, señaló en su “Tratado de las pasiones del alma”.

El pensador alemán Friedrich Nietzsche, especialmente en sus libros “La gaya ciencia” y “Así habló Zaratustra”, la generosidad es un ideal aristocrático que, al dar sin condiciones, afirma el yo. Este valor se da por prodigalidad gratuita y natural, no por un deseo de justicia o restitución. También es la actitud de un alma noble que no soporta tener algo a cambio de nada.

La generosidad: ¿Qué piensa la filosofía?

Filósofos Opinión sobre la generosidad
Aristóteles - Ayuda a superar los infortunios y adversidades.

- Valor de los seres humanos sobresalientes.
Séneca - Es bidireccional: gana quien es generoso y quien recibe el acto de generosidad.

- No ser generosos nos vuelve fríos y distantes.
Tomás de Aquino - Regula el uso de las riquezas personales.

- Se funda en el deber que la propia persona se impone a sí misma, desapegada de los bienes materiales.
René Descartes - Es hacer el bien a los otros.

- Es un remedio contra las pasiones desordenadas.
Friedrich Nietzsche - Asociado con las personas nobles, no con las personas vulgares.

- Es dar sin condiciones.

El valor de la generosidad

La generosidad no se circunscribe solo a dar dinero o cosas materiales, implica dar elementos intangibles como tiempo, afecto, trabajo, atención, voluntad o amor. 

Una característica valiosa de este valor es que es desinteresado, es decir, no se ejerce esperando alguna recompensa a cambio. Debido a ello, una persona generosa suele destacar por ser empática, responsable, considerada con los demás y solidaria. Además, actúa de acuerdo con lo que considera correcto y justo. 

Ser generoso implica una virtud que se adquiere con la práctica y no es impuesta por un agente externo. Una persona obligada a ser generosa no es generosa realmente, debe ser un acto voluntario y de amor por el prójimo. 

Una persona generosa también es bondadosa, ya que el valor de la bondad implica también ayudar a los demás, especialmente a aquellos quienes tienen poco o nada. 

Finalmente, la generosidad no se ejerce con actos grandilocuentes o publicitarios, sino actuando con discreción y sencillez. Un ser humano generoso suele empatizar más con valores como la humildad, expresada en la frase cristiana de "que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha". 

Ejemplos de generosidad

Existen muchos actos que suelen ser considerados como generosos. Te daremos una lista con algunos ejemplos que te pueden ayudar a comprender mejor este valor:

  • Compartir comida con los demás, especialmente con aquellas que no pueden satisfacer esa necesidad por sí mismas.
  • Dar las gracias o ser agradecido siempre. 
  • En las pláticas con otras personas, eres capaz de ceder el uso de la palabra, escuchas atentamente y no interrumpes.
  • Ofreces tus talentos y habilidades a otras personas que lo necesitan, por ejemplo, cuando sabes resolver problemas matemáticos y te das tiempo de enseñar a quienes tienen dificultades en esa actividad.
  • Sueles estar de buen ánimo, sonriendo, saludando de buen modo y preguntando a los demás cómo están.
  • Haces donaciones a organizaciones benéficas o a un amigo y conocido que tiene alguna emergencia. 
  • Donas sangre a personas que lo necesitan.
  • Ofreces tu tiempo y oídos a quienes así lo necesitan, por ejemplo, a un amigo que requiere un consejo para mejorar su relación de pareja o alguna otra faceta de su vida.
  • Cuidas el medio ambiente haciendo actos pequeños como reciclar los desechos o reduciendo el uso de bolsas de plástico.
  • En lugar de tirar las cosas que ya no ocupas, las regalas a las personas que lo necesitan. 

¿Cómo explicar la generosidad a los niños?

La labor de los padres, familiares, maestros y tutores adultos es fundamental para enseñar la generosidad a los niños, ya que la infancia es una etapa clave donde se desarrolla el sentido de la moral. 

En sus primeros años de vida, los niños suelen ser egocéntricos. Es normal que, entre los 2 y 4 años, ellos se vean como el centro del universo y no compartan voluntariamente sus juguetes y otros objetos que considera suyos, a menos que sean amenazados con castigos. 

Sin embargo, conforme van creciendo y ya tienen entre cinco y seis años, los niños son más conscientes de lo que poseen los demás y empiezan a compartir o intercambiar sus cosas, aprendiendo las ventajas de dar y no solo recibir. En esa etapa, se deben promover juegos en equipo o animar a juntar sus juguetes con otros niños, para ayudarle a reconocer el valor de la generosidad y sus ventajas. 

Otras acciones que los padres y maestros pueden ejecutar para enseñar generosidad a los infantes son:

  • Predicar con el ejemplo, sin mostrarse egoístas, abusivos o ávaros con los demás.
  • Si los niños tienen hermanos, promover desde muy temprano la importancia de compartir entre ellos, por ejemplo, comprándoles postres que puedan partir en partes iguales. 
  • Enseñar a ser detallistas y promover pequeños gestos espontáneos de generosidad. Esto le ayudará a hacerle ver que ser generosos tiene beneficios y genera más felicidad. 
  • Inculca hábitos de agradecimiento que hagan al niño consciente de lo afortunado que es por recibir o dar el valor de la generosidad. Por ejemplo, enseñarle oraciones de agradecimiento por recibir alimentos en la mesa, haciéndole ver que esa bendición no la reciben todos los niños del mundo, porque hay muchos casos de menores de edad que sufren hambre y pobreza. 
  • Nunca regañes o censures conductas egoístas. A los niños les cuesta en un principio compartir sus cosas, por ello, platica con ellos sobre las ventajas de compartir con los demás. 
  • Enséñales a escuchar, ya que esta habilidad les ayudará a aprender a estar atentos a las necesidades y sentimientos de las otras personas, ya sean familiares, amigos o desconocidos. 

¿Cómo se practica la generosidad?

La generosidad se practica sin segundas intenciones y sin pedir cuentas a cambio, va más allá y es mucho más profunda que la reciprocidad. 

También se ejerce sin que el entorno te obligue a ser generoso, debe ser un acto voluntario que nazca del corazón y la nobleza de la persona generosa. 

Reciprocidad

Requiere un intercambio o respuesta de quienes reciben algo. Esperas algo a cambio.
Generosidad

Das sin esperar algo a cambio.

Altruismo

Es lo opuesto al egoísmo, das un bien ajeno aún a costa del beneficio propio.
Generosidad

Es lo opuesto al egoísmo, das un bien ajeno aún a costa del beneficio propio.
Solidaridad

Te unes y defiendes junto a otros para defender una causa que te parece justa.
Generosidad

Estás voluntariamente al servicio de los otros, no solo estás junto a ellos.

Dentro de la familia, la generosidad se aplica con ejemplos que parecen pequeños, pero terminan siendo gigantes: ayudando a lavar trastes o limpiando la casa, repartiendo la comida en partes iguales entre los comensales, cuidando a algún pariente enfermo, etcétera.

En la sociedad, los actos generosos suelen manifestarse de múltiples formas: haciendo voluntariado en organizaciones benéficas, repartiendo comida y abrigo a las personas sin hogar, participando en campañas de acopio de juguetes para los niños, visitando a los enfermos en los hospitales, haciendo donaciones que ayuden a familias que sufrieron desastres naturales, etcétera.

¿Cómo aplicas la generosidad en tu vida diaria? ¿Qué beneficios te ha dado ayudar a los demás sin pedir algo a cambio? ¡Déjanos tus comentarios!

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